lunes, 27 de octubre de 2008

Los Girasoles de Rusia

Giovanna y Antonio son dos jovenes que se conocen pocos días antes de que estalle la II Guerra Mundial. Se casan precipitadamente y, cuando llega el momento de que él vaya al frente, finge estar loco para evitarlo. Lo descubren y le mandan a luchar a Rusia, dándole por desaparecido. Giovanna espera noticias y sólo le dicen durante años que se le da por desaparecido y, por tanto, se supone que está muerto, pero ella, testaruda, recorre en tren toda Europa hasta llegar a la zona de Ucrania donde se le vió por última vez.
Donde 15.000 italianos murieron ahora crecen interminables campos de girasoles, y Giovanna, preguntando sin fín logra dar con una casa donde vive una niña que sabe italiano, una mujer y se intuye que Antonio. Cuando al fín le ve a él, bajando de un tren desde el trabajo para proseguir con su otra vida, el encuentro entre ambos es impactante. Sólo se miran, y ella huye a Italia. Allí se rinde y se casa con un obrero. Es entonces cuando Antonio decide regresar a Italia y, cuando parece que aún pueden retomar el pasado, el hijo de ella llora y cada uno prosigue con sus vidas.
Es fascinante el dúo de Mastroianni y Sophia Loren, que transmiten una vitalidad, unas ganas de comerse el mundo, una verosimilitud que casi nunca he visto. Y es que Mastroianni era inmenso.
Su gestualidad, su complicidad con Loren, su voz, su acento, todo es una joya. Tras haber visto su trayectoria y su final, es arrebatador verle en su juventud, cuando aún tenía toda la vida por delante, cuando tomaba conciencia de tantas cosas como luego le preocuparon en la vida, cuando con su risa llenaba la pantalla.

Sus grandes intérpretes prácticamente sostienen solos el peso de la película, y logran algo que siempre que lo he visto me conmueven y llenan de ganas de comerme el mundo de la mano de mi mujer , . Sofía, durante la parte intermedia de la película es la única protagonista, la que va de viaje, investiga... y sin embargo, esa búsqueda nos hace tener en mente todo el tiempo a Antonio. Él no está presente, pero esa ausencia, ese vacío inmenso y ese cambio de registro en la trama, nos hace echarle de menos tanto como ella. Pero, como ella también, buscamos al Antonio de entonces, al que no conocía la guerra, al que reía.
Mastroianni era un hombre culto, un intelectual al que disgustaba ese término, que sabía de muchas cosas y no presumía de nada, que tenía debilidad por Rusia, debido sobre todo a su interés por la literatura de allí. Curiosamente, en "Ojos negros" , su personaje hace algo similar a lo que se plantea en "Los girasoles". En ambas películas él queda atrapado, en cierto modo, por Rusia, que se nos muestra como un nuevo principio.
"Los girasoles" es mucho más que la historia de esos dos jovenes, pues nos muestra cómo Italia quedó devastada por la guerra, cómo la derrota no es de un país, sino de cada uno de los ciudadanos, y cómo tras ella las miradas cambian. Se nos muestra el horror de mandar a gente joven, con toda la vida y muchos sueños por delante, a matar o morir en nombre de causas que ni siquiera comprenden, y se nos plantea el drama de tantísima gente cuya vida queda en suspenso por el espanto de la guerra.
La búsqueda de Giovanna, tan valiente, en país de lengua imposible de entender para ella, es la lucha contra la desesperanza, la necesidad de saber cómo se ha roto su vida. Lo que no espera es que se ha roto por una decisión de él, no por la muerte.
Es magistral en esta película el uso de la elipsis, hoy tan poco y mal utilizada, y es que no nos explican cada paso, nos dejan sumar dos y dos, para que nos impacte como a Giovanna. Ella pregunta, hablan ruso, le señalan una casa, en la casa hay una niña que habla italiano... y ella intuye su derrota, el sinsentido de su viaje.
Por otra parte, el Antonio que ella busca no existe, porque sí que lo mató la guerra, al menos su espíritu. Al reaparecer él ya no vemos a ese hombre apasionado, con ganas de vivir y comerse el mundo, sólo vemos a un corriente y rendido obrero, que ha optado por la única forma posible de sobrevivir tras el horror que ha visto, como el italiano que ella encuentra en la estación.
Como en "Ojos negros", se nos deja a nosotros el trabajo de imaginar qué lleva al personaje de Mastroianni a tomar la decisión que toma. Personalmente, creo que su vida está ya rota en el campo nevado, sabe que nunca será el joven que Giovanna amaba ni podrá amar (a ella y a la vida) igual, así que se conforma con la existencia que le viene regalada, con esa rusa. No es desconsiderado hacia Giovanna, simplemente parte de cero para intentar reconstruir su vida (una metáfora de Italia) tras la guerra.
¿Por qué vuelve a Italia? Aunque algunos críticos interpretan que vuelve para quedarse con Giovanna, yo veo clarísimo que va porque al menos le debe una explicación, tras el viaje que ella ha hecho. La mirada del encuentro en Ucrania no es de reproche, pues ambos ven, más que al otro, a sí mismos a través de los ojos del otro. Antonio y Giovanna ven de pronto lo que ya no son ni tendrán, y ella huye porque el golpe es demasiado fuerte.
Suena horrible, pero la película plantea que ella hubiera preferido, en cierto modo, encontrarlo muerto, pues ver su nueva vida (que ella intuye feliz hasta que ve sus ojos apagados), ver que él ha llenado tantos años de vida mientras ella vivía como muerta, le supone un golpe tan brutal como la experiencia en el frente de él.
LOS GIRASOLES: en la película aparecen campos infinitos de girasoles, que ella va contemplando desde los trenes. Un personaje le dice a Giovanna que los 15.000 italianos que yacen en esos campos son soldados dados por desaparecidos, que no pudieron ni siquiera ser repatriados, y que los girasoles crecen sobre miles de cuerpos. En la retirada del ejército italiano, a pié, fueron muriendo congelados, abandonados intentando regresar.
Por eso yo pienso que los girasoles son en parte una metáfora de esos jovenes que fueron a morir inútilmente lejos de su patria y se giran buscando el sol, el calor de su país, su familia y su vida anterior. Pero por otra parte, Antonio es como un girasol, que se ha visto forzado a vivir mirando a ese sol, a esa vida que ya es la única que puede vivir, porque al fín y al cabo, se nos muestra que la vida es testaruda como Giovanna, y que cuando se empeña en dejarnos vivir (como le ha pasado a Antonio por un golpe de fortuna), hay que ponerse de su parte. y es que el personaje de Mastroianni apuesta por la vida, con más o menos pasión, pero opta por arrimarse al sol que más calienta, aunque no sea en el peor sentido, sino como buscando algo de calidez en el sinsentido que le rodea.
Y por otra lado, también analizo el drama desde el punto de vista histórico , en donde muchos italianos después de la campaña que se llevo a cabo , quedaron en un estado de chok , por largos años .
A mí me parece una joya, y creo que gana con el tiempo, a pesar de su estética. La música es conocidísima, del gran Henry Mancini, y expresa perfectamente lo que las escenas sugieren.
Es por ello que muchos de los voladores, decimos una y otra ves que no vamos a la guerra.
Les recomendamos esta película en su próxima cesión de cien, pues aun que es muy difícil de conseguir, la podrá bajar de Internet probablemente o comprarla en algún lugar en donde vendad rarezas.
Saludos

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